Dicen que los cuentos de hadas empiezan con un “Érase una vez”, pero el de Ana Rosa comienza en una clase de primaria, una tiza en la mano y zapatillas de correr bajo la mesa. Profesora. Atleta de alto rendimiento. Y ahora, reina de belleza. Porque, su vida dio un giro de 180 grados digno de película.

De pequeña ya era modelo, sin embargo aparcó los focos para centrarse en las pistas de atletismo. Doce veces campeona de España, y mientras el mundo la veía correr, ella ya empezaba a soñar con tacones… aunque aún no supiera andar con ellos.
Su destino dio un vuelco y el mismo día que recibió el mensaje de Miss Universo Andalucía, estaba en mitad de un examen, y casi bloquea la cuenta porque pensó que se trataba de una broma. Ese mismo día, sus pilares más fundamentales, sus abuelos le contaron que estaban atravesando un problema de salud serio. Así que Ana Rosa decidió que, si la vida iba a cambiarle los planes, ella también le iba a cambiar la narrativa.
Se despidió de todo. Se quedó sola en Sevilla. Y Miss Universo Andalucía se convirtió en su nuevo hogar, su nuevo propósito y su nuevo escenario.

Su transformación fue de vértigo. En solo tres meses, pasó de no saber caminar en tacones a dominar las pasarelas. Preparó su cuerpo con una disciplina inigualable y se mentalizó sin perder su esencia ni suavizar su acento. A ella no se le cae la careta porque siempre se muestra siempre tal y como es.
Llegó al certamen sin experiencia, rodeada de mujeres que llevaban años en esto. Por lo que justo después de hacerse con la corona el shock fue tan brutal que aún llora al recordarlo. Porque ganar Miss Universo Andalucía y quedar segunda en Miss Universo España no es un golpe de suerte, es simplemente el destino, para ella todo pasa por algo.
Representó a toda una Comunidad Autónoma, y ahora sueña con cruzar el océano: México, donde una agencia (de esas que te llevan la vida) la llame. Además fantasea con ser azafata de vuelo, porque una reina que sabe desfilar domina las pasarelas tanto desde tierra como de aire.
Pero sin duda sigue su vida en base a una frase:
“el futuro es incierto”